trajes típicos
Desde antes de la conquista, en el traje típico de la región sobresalen los grabados del tipo maya. La gran influencia española posterior lo convierte en una vestimenta mestiza, popularizada por la costumbre social de los “estrenos”.
Las mujeres solían estrenar cuatro veces al año: en el carnaval y en las fiestas de San Juan, San Román y la Purisima Concepción.
En aquella época las patronas les regalaban a su servidumbre los ajuares completos, que con el paso del tiempo se convirtieron en el traje típico de la mujer campechana.
Una blusa blanca con cuello en forma cuadrada, bordada a mano con hilos negros de algodón alrededor del cuello, el pecho y las mangas.
Las figuras que se bordan están inspiradas en las flores de cebolla y calabaza; aunque también se bordan los símbolos del escudo de la ciudad, murallas y barcos.
La falda, de largo hasta los tobillos, es de percal o zarza, es de colores vistosos y está adornada con encajes blancos, flores y lazos de la misma tela de la falda y al final de la falda una pequeña arandela que hace lucir a la mujer campechana muy elegante.
Debajo de la falda se acostumbra llevar una pollera blanca o enagua.
Complementan el traje un hermoso reboso de Santa María, que ha sustituido definitivamente la pañoleta o mantilla que anteriormente se portaba.
Falda hasta el tobillo, hecha de percal o zarza. |
Por último las chanclas o chancletas, confeccionadas en suela dura y charol negro sobre el que trabajan los zapateros con bordados en hilera blanca.
Estas chanclas tienen una reminiscencia morisca. Las puntas se proyectan hacia arriba, el tacón es bajo, especial para marcar los sonidos musicales al bailar temas del folclore.
De su cuello pende una gruesa cadena de oro llamada "soguilla salomónica". A veces éstas son tan largas, que abarcan tres vueltas al cuello, llegando hasta la región del ombligo.
De esta soguilla penden invariablemente seis monedas antiguas de diez pesos de oro y rematadas por un doblón español o una imagen pesada de oro puro.
Los aretes son monedas y a veces es la figura de una paloma prendida en el óvulo de la oreja; sostienen las alas y el pico, respectivamente, breves cadenillas que rematan en esferas de oro puro, acompañadas por un rosario de coral rojo en honor a San Francisco, y un rosario negro en virtud del señor de San Román.
Se adornan el pelo con peinetas de carey, semicirculares con incrustaciones de oro, monedas antiguas y piedras preciosas.
Su peinado es una larga trenza y moño de vistoso color.
El traje regional masculino de Campeche.
El traje típico masculino consta de pantalón blanco, ancho en las caderas y camisa blanca larga abrochada con botones de oro unidos por una cadena, sombrero de jipi japa, y por calzado, alpargatas de piel de ganado vacuno, con medio tacón.
Otra descripción para el traje masculino dice:
Consta de una filipina de lino blanco con botones dorados, pantalón negro, y un cinto de seda roja ceñido a la cintura, amarrado a un costado y con extremos colgantes en deshilado.
En algunos bailes se requiere el paliacate o pañuelo mestizo, de color rojo con estampados de origen indú y sombreros de jipi japa.
El calzado son alpargatas que en algunas ocasiones se sustituye por zapatos cerrados de charol negro.
Quizás la diferencia en el color del pantalón obedezca a las costumbres en su uso cuando se trata de asistir a una fiesta tipo "sarao" o a una Fiesta del Palmar, ya que en cada una ellas se ejecutan bailes distintos.
El traje campechano para un "sarao" es filipina blanca con botonadura de oro y pantalón de dril rayado finamente y calza botín. Aquí lleva pantalón blanco. | El campechano en la Fiesta del Palmar combina la tradicional filipina blanca con botonadura de oro y pantalón negro ceñido; la cintura, con banda de seda roja y se calza con botines. |
Filipina: Chaqueta de dril, sin solapas, que visten los hombres.
Campechana vestida para un "sarao", la tradicional fiesta bailable. | Campechanas y su atuendo para bailar en la Fiesta del Palmar. |
Traje Tipico de Calkini
En esta parte del estado de Campeche, las mujeres visten la indumentaria tradicional (yucateca), que consiste en dos clases: la de uso diario (huipil) y la de gala (terno), para las fiestas. Ambas se complementan con un rebozo.
El traje masculino, de mestizo, es una camisa blanca, suelta, sobre el pantalón también blanco. Se usan alpargatas, sombrero de jipi y paliacate rojo.
En los últimos años se ha promovido el traje típico de Campeche, en programas cívicos y en actividades culturales, aunque no se arraiga todavía en la costumbre de los habitantes del municipio.
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Aunque las especialidades culinarias de Campeche tienen muchos ingredientes en común con otras del área de Yucatán, las de Campeche se distinguen por su sazón y presentación.
Muchas de las recetas están preparadas con dos ingredientes: la naranja agria, que se usa para marinar las carnes, y el achiote, un condimento típico de la región que da a los platillos un característico color naranja. También el chile habanero ocupa un papel importante como condimento en la comida campechana, por lo que ésta puede resultar bastante picante para los paladares no acostumbrados a los sabores fuertes.
La mayoría de los platillos más exquisitos de este estado provienen de la cocina a base de pescados y mariscos, como por ejemplo pan, tamales y tacos de cazón; pámpanos en salsa verde, ostiones fritos y cangrejos rellenos; sopa de mariscos y, pulpo en su tinta o al ajillo, entre otros.
Otras exquisiteces son los chiles *x’catic* rellenos de cazón, camarones al coco, ceviches de camarón y pescado y los excelentes cocteles de pulpo, camarón, ostión o caracol.
Como la comida del mar no es del agrado de algunas personas, Campeche también ofrece amplia variedad en su cocina, y algunos de los platillos típicos no provenientes del mar son chocolomo, guiso de frijoles con puerco, pipián de res (res en salsa de semillas de calabaza), queso relleno, pancita, cochinita o pollo pibil (preparados con achiote, naranja agria y asados con hoja de plátano) y *poc chuc* (lomo de cerdo marinado en naranja agria y achiote).
Para la hora del postre, prueba dulces en almíbar de ciricote, papaya, coco, grosella, nance y tamarindo. Estas mismas frutas se preparan con alcohol resultando en licores de sabores suaves. También disfruta de los buñuelos de “aire” bañados en miel, mazapanes de pepita de calabaza y muéganos (pasta frita bañada en miel de piloncillo), entre muchísimos otros.
Como recomendación especial para saborear estos platillos en su máxima expresión, el restaurante Cenaduría Portales es uno de los mejores en la ciudad. Abierto únicamente por las noches y con una tradición de más de 100 años, este restaurante prepara los platillos típicos de la región con un estilo completamente casero. Otros restaurantes recomendables son el Marganzo, Ganzocorp, El Bastión y Chac-Pel.
Muchas de las recetas están preparadas con dos ingredientes: la naranja agria, que se usa para marinar las carnes, y el achiote, un condimento típico de la región que da a los platillos un característico color naranja. También el chile habanero ocupa un papel importante como condimento en la comida campechana, por lo que ésta puede resultar bastante picante para los paladares no acostumbrados a los sabores fuertes.
La mayoría de los platillos más exquisitos de este estado provienen de la cocina a base de pescados y mariscos, como por ejemplo pan, tamales y tacos de cazón; pámpanos en salsa verde, ostiones fritos y cangrejos rellenos; sopa de mariscos y, pulpo en su tinta o al ajillo, entre otros.
Otras exquisiteces son los chiles *x’catic* rellenos de cazón, camarones al coco, ceviches de camarón y pescado y los excelentes cocteles de pulpo, camarón, ostión o caracol.
Como la comida del mar no es del agrado de algunas personas, Campeche también ofrece amplia variedad en su cocina, y algunos de los platillos típicos no provenientes del mar son chocolomo, guiso de frijoles con puerco, pipián de res (res en salsa de semillas de calabaza), queso relleno, pancita, cochinita o pollo pibil (preparados con achiote, naranja agria y asados con hoja de plátano) y *poc chuc* (lomo de cerdo marinado en naranja agria y achiote).
Para la hora del postre, prueba dulces en almíbar de ciricote, papaya, coco, grosella, nance y tamarindo. Estas mismas frutas se preparan con alcohol resultando en licores de sabores suaves. También disfruta de los buñuelos de “aire” bañados en miel, mazapanes de pepita de calabaza y muéganos (pasta frita bañada en miel de piloncillo), entre muchísimos otros.
Como recomendación especial para saborear estos platillos en su máxima expresión, el restaurante Cenaduría Portales es uno de los mejores en la ciudad. Abierto únicamente por las noches y con una tradición de más de 100 años, este restaurante prepara los platillos típicos de la región con un estilo completamente casero. Otros restaurantes recomendables son el Marganzo, Ganzocorp, El Bastión y Chac-Pel.
Los platillos que no te puedes perder
Camarones al cocoCamarones empanizados con coco rallado.
Poc-chucCerdo marinado en una mezcla de naranja agria y achiote.
Pan de cazonPlato a base de tortillas y cazón con salsa de chile habanero.
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